Crece Capítulo 4: Cómo Meditar En Las Escrituras – Para Mujeres

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¿POR QUÉ LA MEDITACIÓN ES TAN IMPORTANTE?

Las palabras de la Escritura son palabras vivas.  Son sabiduría eterna dentro del mundo de las palabras humanas.  Dios quiere que con ellas abramos paso entre las palabras humanas y comencemos a descubrir la inmensa riqueza de aplicación personal y comprensión que hay en ellas.  Esto se hace a través de la meditación y el ministerio de enseñanza del Espíritu Santo en nosotros.

¿QUÉ ES LA MEDITACIÓN?

 

Hay muchas palabras hebreas en la Biblia relacionadas con la idea de la meditación.  El mejor ejemplo que se puede usar es el de una vaca rumiando.  Las vacas tienen 4 estómagos.  El alimento grueso va de un estómago a otro a medida que descompone el material en nutrientes digeribles para su salud.  La meditación tiene la misma idea.

  • Meditar es un agradable “murmullo” de las Escrituras para uno mismo. “Dichoso el hombre… que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella” (Salmo 1:2). 
  • Meditar es una reflexión tranquila sobre las palabras de la Escritura.  “… porque medito en tus estatutos.”  (Salmo 119:99).
  • Meditar es una repetición musical de la Palabra de Dios.  “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón…” (Salmo 19:14 RVR).
  • Meditar es una revisión de las Escrituras en oración.  “Reflexiona (medita) sobre estas cosas...” (1 Timoteo 4:15 LBLA).
  • Meditar es tener comunión con Dios en el lenguaje de Su propia Palabra escrita.  “Yo amo tus mandamientos, y hacia ellos elevo mis manos; ¡quiero meditar en tus decretos!” (Salmo 119:48).  La meditación es “hablar con el Rey en las propias palabras del Rey”.
  • Meditar es construir tu día y tu noche alrededor de las Escrituras. “¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella.” (Salmo 119:97).  “… en lo más profundo de mi ser he atesorado las palabras de su boca” (Job 23:12).
  • Meditar es adorar a Dios en espíritu y en verdad.  “Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.” (Juan 4:24) “Quiera él agradarse de mi meditación…” (Salmo 104:34)

Si meditas en las Escrituras al despertar, al ir a trabajar, al relajarte y al dormir, serás sabio y exitoso en todo lo que hagas (Véase Deuteronomio 6:7 y Salmo 63:5–6)

APRENDE A MEDITAR

En cada época y dentro de cada sociedad, Dios tiene metas específicas que quiere lograr.  Él busca hombres y mujeres a través de los cuales pueda alcanzar estos objetivos.  A medida que meditamos en las Escrituras y comparamos las necesidades de nuestra sociedad con situaciones similares en las Escrituras, obtendremos una comprensión de algunas de las metas que Dios quiere lograr.

MEMORIZA LAS ESTRUCTURAS DEL PENSAMIENTO DE DIOS

Si vamos a pensar los pensamientos de Dios, debemos ser capaces de comprender y apreciar Su estructura de pensamiento como se presenta en las Escrituras.  La mejor manera de hacer esto es memorizar pensamientos e ideas completos de las Escrituras.

EJEMPLO:

“... No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. (Mateo 4:4).

PERSONALIZA LA ESCRITURA QUE HAS MEMORIZADO

Dios se deleita en escuchar Su propia Palabra, especialmente cuando la usamos para expresar nuestros propios deseos y emociones.  Para ello, podemos tomar los mismos versículos que hemos memorizado y añadir pronombres personales siempre que sea posible.  Este proceso se ilustra en el siguiente versículo.

EJEMPLO:

“¡Oh, Señor, no viviré sólo de pan, ¡sino de cada palabra que sale de tu boca!”

 

REPITE EL VERSO VARIAS VECES, ENFATIZANDO UNA PALABRA DIFERENTE CADA VEZ 

EJEMPLO:

“NO SÓLO de pan vive el hombre…”  “No sólo de PAN vive el hombre…” “No sólo de pan VIVE el hombre…”

VISUALIZA EL SIGNIFICADO DE CADA PALABRA 

EJEMPLO:

“No sólo…” Un decreto final. Nadie lo cambiará. Una negativa firme. 

“No sólo de pan vivirá…” Vivir es más que existir. Hay vida física y espiritual. Dios nos hizo para disfrutar de los placeres de la vida en Su presencia. Cristo vino para darnos vida eterna y vida abundante. Dios es vida. Él hizo la vida.  Sólo Él sabe en qué consiste. “No sólo de pan vivirá hombre…” Cada hombre; toda la humanidad es un principio universal. Todos están incluidos. 

REPITE EL VERSO Y MEDITA EL SIGNIFICADO COMPLETO DE CADA PALABRA

EJEMPLO:

“No sólo, de pan, vive, el hombre, sino, de toda, palabra, que sale, de la boca, de Dios”

DEJA CRECER LAS PALABRAS EN TU MENTE, VOLUNTAD Y EMOCIONES

JUAN 15:7

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá.” (JUAN 15:7).

“Señor, permaneceré en Ti y permitiré que Tus palabras permanezcan en mí.  Entonces, todo lo que pida me será hecho”.

USA EL VERSÍCULO PARA HABLAR CON DIOS, Y REFLEXIONA CADA PALABRA PARA SU APLICACIÓN PERSONAL

EJEMPLO:

“No sólo de pan…” Si quiero tu tipo de vida, debo concentrarme en algo más que comida física.  La comida es importante, pero hay algo aún más importante”.

“…vive el hombre…” Oh Señor, Tú quieres que yo descubra Tu vida.  Es mucho más rica y completa de lo que puedo comprender.  ¡Quieres vivir Tu vida a través de mí!  Quieres ver a través de mis ojos, hablar a través de mi boca, amar a través de mi corazón y trabajar a través de mis manos”.

“… sino de toda palabra…” “Señor, ¿toda palabra?  ¡Toda palabra!  Cada parte de la escritura.  “Toda la Escritura es… útil …” (2 Timoteo 3:16).  ¡Qué tarea aún tengo por delante!  La salud física requiere una dieta balanceada.  La salud espiritual debe exigir lo mismo.  Debo aprender a nutrirme de cada parte de Tu Palabra.  Si sólo como papas día tras día, pronto me cansaré de las papas y tendré una deficiencia nutricional.  Si no obtengo una dieta balanceada de Tu Palabra, me cansaré y me debilitaré espiritualmente”.

ESPERA QUE DIOS TRAIGA ESTE VERSÍCULO A TU MENTE Y TE MUESTRE NUEVAS PERSPECTIVAS DE ÉL

MEMORIZA ROMANOS 6

Muertos al pecado, vivos en Cristo

¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él? ¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder[a] del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.

En efecto, si hemos estado unidos con Él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con Él en su resurrección. Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con Él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado; porque el que muere queda liberado del pecado.

Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos que también viviremos con él. Pues sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre él. 10 En cuanto, a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios.

11 De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. 12 Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos. 13 No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al contrario, ofrézcanse más bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia. 14 Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley, sino bajo la gracia.

Esclavos de la justicia

15 Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! 16 ¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia. 17 Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza[b] que les fue transmitida. 18 En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia.

19 Hablo en términos humanos, por las limitaciones de su naturaleza humana. Antes ofrecían ustedes los miembros de su cuerpo para servir a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora para servir a la justicia que lleva a la santidad. 20 Cuando ustedes eran esclavos del pecado, estaban libres del dominio de la justicia. 21 ¿Qué fruto cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la muerte! 22 Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.

PERSONALIZA ROMANOS 6

Muerto al pecado, vivo en Cristo

¿Qué concluiré? ¿Voy a persistir en el (menciona el pecado) para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Yo, que he muerto al (menciona el pecado), ¿cómo puedo seguir viviendo en Él? ¿Acaso no sé que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fui sepultado con Él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también yo llevé una vida nueva.

En efecto, si he estado unido con él en su muerte, sin duda también estaré unido con Él en su resurrección. Se que mi vieja naturaleza fue crucificada con él para que mi cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiera siendo esclavo del (menciona el pecado)porque al morir quedo liberado del (menciona el pecado).

Ahora bien, si he muerto con Cristo, confío que también viviré con Él. Pues sé que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. 10 En cuanto, a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios.

11 De la misma manera, también yo me considero muerto al pecado, pero vivo para Dios en Cristo Jesús. 12 Por lo tanto, no permito que él (el pecado) reine en mi cuerpo mortal, ni obedezco a sus (pecado) deseos. 13 No ofrezco los miembros de mi cuerpo (al pecado) como instrumentos de injusticia; al contrario, me ofrezco más bien a Dios como quien han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de mi cuerpo como instrumentos de justicia. 14 Así el (pecado) no tendrá dominio sobre mí, porque ya no estoy bajo la ley, sino bajo la gracia.

Esclavo de la justicia

15 Entonces, ¿qué? ¿Voy a pecar porque no estoy ya bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! 16 ¿Acaso no sé que, cuando me entrego a alguien para obedecerlo, soy esclavo de aquel a quien obedezco? Claro que lo soy, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia. 17 Pero gracias a Dios que, aunque antes era esclavo del pecado, ya me he sometido de corazón a la enseñanza que me fue transmitida. 18 En efecto, habiendo sido liberado del (menciona el pecado), ahora soy esclavo de la justicia.

19 Hablo en términos humanos, por las limitaciones de mi naturaleza humana. Antes ofrecía los miembros de mi cuerpo para servir a la (menciona el pecado), que lleva más y más a la maldad; los ofrezco ahora para servir a la justicia que lleva a la santidad. 20 Cuando yo era esclavo del (menciona el pecado), estaba libre del dominio de la justicia. 21 ¿Qué fruto cosechaba entonces? ¡Cosas que ahora me avergüenzan y que conducen a la muerte! 22 Pero ahora que he sido liberado del pecado y me he puesto al servicio de Dios, cosecho la santidad que conduce a la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, mi Señor.